lunes, 22 de junio de 2009

SENDERISMO POR PICOS DE EUROPA

El viernes cuando volvíamos de la graduación de Marta, por cierto, magnifico día el que pasé en Madrid, primero campeonato de golf en el campo del Santander, invitados por Gas Natural, y después la graduación de Marta que merecerá un apartado muy especial, ya pondré unas fotillas. Pues lo dicho el viernes cuando volvía de Madrid, dispuesto a prepara todo lo de la marcha del fin de semana, me llamó Ana para decirme que su hermano Ángel, había desaparecido en los Picos de Europa, que no me enterase por los periódicos y que quería que los supiese de ella misma. Llamé a Feri para quedar con el y con Maria para ver lo que habría que hacer para subir al día siguiente a colaborar en la busqueda.

Quedamos a las siete para salir, también se apuntaron Emilio y Mercedes que me acompañaron en la furgo hasta Fuente De, subimos en el teleférico hasta el Cable donde nos incorporamos los cinco con la compañia de Luis y su pareja, que no me acuerdo como se llama, al dispositivo de búsqueda.

El día es esplendido aunque unas nubes bajas parece que quieren intervenir. Nos asignan una amplia zona entre el cable y el Valdecoro hasta Áliva. nos separamos y vamos andando, yo me coloco por la parte mas a la cornisa pegado a la linea que delimita la empalizada, va entrando la niebla y me sorprende oír a los helicópteros, voy con el GPS y llego hasta un cortado, la niebla deja ver unas veces mas y otras menos, no se el tiempo que llevo vagando mirando por todas partes, por todas las rocas, voy deseando no encontrarle, pero pensando que estoy quitándole trabajo al que luego le encuentre o que aparezca, por DIOS.

Me he quedado solo, no veo a nadie, solo los Picos, esos que me han hecho tan feliz tantas veces.

Oigo a los campanos de las vacas, pero no las veo entre la niebla, sigo buscando subiendo y bajando entre rocas, y poco a poco, la niebla va desapareciendo y despejando, vuelve a verse, Peñavieja, ese rocón inmenso y majestuoso que indica en comienzo del macizo. Debajo, el refugio de Áliva, donde otras veces hemos encontrado a Ángel en alguna de nuestras excursiones en bici o andando.

Los helicópteros han dejado de volar y como no veo a nadie del grupo con el que iba, pienso que Ángel ha aparecido y me dirijo al Refugio, subiendo y bajando. Ya hace sol a tope, pero no me sobra la camisa que llevo sobre la térmica. Al llegar al Refugio, me encuentro con Juncal, Juan y su padre Vicente, les pregunto, con miedo, pero me dicen que no hay noticias. Mierda.

Me bebo una cerveza (sin alcohol) y luego otra, estaba deshidratado, como un surtido de frutos secos que llevo en la mochila, llega Joaquín, charlo algo con ellos para tratar de distraer, y pienso que allí no hago nada, así que reincorporo a la búsqueda, ahora voy a ir cerrando el circulo hacia el refugio del Cable.

Voy subiendo nervioso trepando por todos los sitios que me den una mayor visibilidad, encuentro bocaminas, entro en ellas pero observo que en el suelo no hay huellas.

Poco a poco he llegado al Cable, me encuentro con todos, está Ana (lo siento). Sigue sin aparecer. Como un bocadillo y bebo. Que paliza tengo. Nos vamos al puesto de mando y nos dicen que hay pistas de por donde ha podido ir. Lo saben por que ha aparecido un zapato que posiblemente fuese suyo (lo era), y por unas imagenes del circuito de la estación del teleférico. Todo parece indicar que se ha dirigido hacia la Gendruda, una canal que baja a Fuente Dé.

Nos organizan los bomberos para barrer el máximo de zona antes de empezar a bajar la canal. Yo la bajo con Feri, e inmediatamente nos desviamos a nuestra izquierda a los pies del farayón y nos pateamos con Miguel, Luis y esa chica que siento no recordar su nombre, toda la pedriza hacia la subida a unos invernales que hay, vemos subir por allí a un guarda, que sube a toda pastilla.

Tengo la rodilla izquierda hecha puré, pero la cosa no está para quejarse, me cuesta un montón moverme. Pero lo peor es que Ángel no aparece y ya se está haciendo tarde. Al fin llego al camino, Feri se apiada de mi y me deja su bastón y además me presenta a Miguel, ellos paran a beber agua de manantial pero yo, ya no veo mas que para terminar y sigo bajando. Ellos se enrollan con el guarda que ha vuelto a bajar y nos ha adelantado, pero yo sigo solo hasta la base del Teleférico donde llegan Ana, Mercedes, Emilio y demás.

Otra contrariedad, estos de la cafetería de Funte Dé han cerrado y la cerveza con la que soñaba, esa que deja empañado el baso mientras que el sobrante de espuma se derrama, se va a tener que posponer.


Me despido de todos porque yo tengo previsto incorporarme a la marcha que estaba programada para ir a Bulnes y al día siguiente, osea mañana, al refugio de Vega de Ario desde los Lagos de Covadonga.

Delante de mi sale Feri que lleva a María, Emilio, y Mercedes. Me fijo en los compañeros de Ángel, apostados en una valla, mirando hacia la inmensa mole de roca que delimita ese enorme peldaño entre Fuente Dé y el Cable, me dan pena, sus caras reflejan mucha tristeza, han pasado todo el día al pie del cañón, trabajando haciendo su rutina, como querría su jefe (Ángel), cuando probablemente hubiesen preferido buscarle, dar con el.


Vuelvo a recorrer la Hermida como tantas veces, pero de otra manera, siempre me voy triste de tenerme que ir, hoy me voy profundamente triste.

Al llegar a la recta anterior a Panes, adelanto a Feri que va demasiado lento, debe de ir charlando. Al momento, llamada de Mercedes. Pienso: no le ha gustado que le adelante?. No, no es para recriminarme nada, es para darme la triste noticia de que ha aparecido Ángel, sin vida. Le han encontrado sus compañeros. Que cosas tiene la cosa, tienen que ser sus compañeros, los que al terminar su jornada le hayan localizado. Amen.

Al fin llego a Carreña de Cabrales, siguiendo las perfectas indicaciones de Alfonso me acerco hasta el albergue, donde mis compañeros del grupo de senderismo me esperan, e incluso han conseguido que me reserven cena, que me sienta de perlas, unos macarrones y un filete con patatas.

Les cuento las tristes noticias y todos participan de la pena.


El reparador sueño, en la habitación que comparto en este acogedor albergue, con Antonio, Chete y Javier, me quita el cansancio pero no puede evitar la aparición inequívoca de los síntomas, de las que en los días siguientes serán unas terribles agujetas.










Vamos en autobus desde Carreña hasta el lago Ercina tras pasar por Covadonga y por el lago Enol. Se incorporan mas compañeros y el grupo se hace grande, seria estupendo que viniese tanta gente o mas a todas las rutas que se organizan.




El día es soleado pero no muy caluroso, al menos al comienzo, en los primeros pasos. Vamos a ir subiendo todo el rato, intercalandose zonas de mucho pendiente con otras practicamente llanas. El perfil lo tengo en el GPS pero no se pasar esa imagen para poderla colocar en esta entrada, es cosa de tiempo, como todo, seguro que pronto seré capaz, además de que ese sea unos de los objetivos de este blog, poder recordar cualquier ruta e incluso que cualquiera que lo lea pueda repetir alguna que le guste.
(conseguido)



























El autobús nos deja en un parking que hay debajo del lago de la Ercina y por unas escaleras accedemos hasta el lago, le bordeamos hacia Este, después de hacernos unas fotillas de grupo.

Empezamos con las primeras empinadas rampas, que nos llevan hasta la tenada de las Bobias, donde le camino se dulcifica un poco, tanto en pendiente como en pavimento que ahora no tiene tantas piedras. Después vienen un par de repechos mas fuertes, voy pensando en lo bonito que será esto nevado y posiblemente será una preciosa escursión para hacerla con los skies de travesía, habrá que posponersela a Feri para el próximo año.

Por delante los chavales mas fuertes han abierto mucho hueco, mientras nosotros nos vamos quedando rezagados con las niñas, que llevan otro ritmo, pero van muy bien y entretenidas entre ellas. Les vamos vigilando Antonio y yo. Mi rodilla se va resintiendo del día de ayer, me voy acordando de esa jornada, que "palo" para Ana (lo siento de nuevo).


La subida no es muy larga 7,5 Km. Pero se hace cansada. Menos mal que el paisaje con el macizo central al fondo es perfecto, vemos Torrecerredo, el Jultayu, Torre Blanca y tantas cumbres míticas de los Picos de Europa. Hemos tardado como decía la información del camino, tres horas, los primeros y tres y media el grupo con el que llego yo.
Del refugio de Vega de Ario tengo un gratísimo recuerdo de cuando subí (no quiero acordarme de cuanto tiempo hace) la canal de Trea con Muiños y los del Juvenil 1. Al final aparece como en aquella inolvidable jornada. En esta ocasión esta abierto y además hay CERVEZA FRIA......!
Llegamos después de pasar incluso un nevero. Con una bolsa de plástico me preparo un apósito para mi rodilla y me tumbo en esa magnifica hierba a comer mi merecidísimo bocata.

Alguien propone subir hasta una atalaya sobre el Cares para recrearnos con la vista. Ellos parten raudos, mientras yo tumbado con el hielo en la rodilla, observo la traza del camino a recorrer muerto de envidia. A medida que van subiendo veo que no es muy empinado, así que cojo mi bolsa de plástico con la nieve en su interior y para arriba, que estas ocasiones son para aprovecharlas. Fantástica decisión, que maravillosa vista, es un lujo.












La bajada la hago lo mas aprisa que puedo, acompañado de Antonio y Chete, ahora las niñas, Brezo Carmen Ana Sara y demás han salido corriendo, nos llevan mucha ventaja y no hay que animarlas. Bebemos agua de una fuente que mana en una roca, entre bromas de otros caminantes que nos hemos encontrado. Ya se ve el lago que nos espera.

Encontramos un bar donde nos tomamos una refrescante cerveza con limón y nos sentamos en una acogedora mesa de madera a ir viendo llegar casi de uno en uno a todo el resto de nuestros acompañantes.




El viaje de retorno que pone fin a esta temporada termina como tantas veces en el Colegio.

Este verano, en Agosto, hemos quedado en ir al Narajo de Bulnes.




Hasta entonces caminantes.

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